Disfrutemos de lo bueno y delicioso. Salmo 133.

Hablamos el domingo de la  adoración y explicamos el verdadero significado de esa palabra. Hoy hablaremos de otra palabra no muy bien comprendida Compañerismo o comunión.

(1) - El compañerismo es asociación.

Consiste en que ‘hago mi parte’. La asociación es darse cuenta de que tengo que colaborar y que debo contribuir, porque la familia de Dios te necesita. Dios te trajo a Westland para servir. Quiere que hagas un aporte con tu vida; y como en cualquier familia, hay responsabilidades filiales.

La Biblia está llena de referencias a que tú y yo trabajemos juntos para llevar a cabo la tarea. Es amor en los hechos y no solo de palabra. “Porque nosotros somos colaboradores de Dios»; y ustedes son labranza de Dios, edificio de Dios”.1 de Corintios 3.9. Somos socios trabajando juntos para Dios. Pablo infiere en Filipenses 1.4-5 que los filipenses lo ayudaron a anunciar las buenas nuevas desde el primer día que la oyeron. “En todas mis oraciones rogando con gozo por todos ustedes, por vuestra comunión en el evangelio”.

En la iglesia, somos parte de la más grande empresa que haya existido. Estamos participando del plan de Dios para el universo. “De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente,según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”. (Efesios 4:16)

Somos parte del cuerpo de Dios. Trabajando juntos hacemos las cosas. Tienes que hacer un aporte. Tienes que colaborar con el cuerpo de Cristo. Cuando colaboramos, rendimos más de lo que podríamos hacer cada uno por su cuenta. Esa es la actitud detrás de este servicio. Es la actitud de Jesús: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. (Mateo 25.40)

(2)- El compañerismo es Parentesco.

Llegamos así al nivel culminante de la comunión en la familia de Dios. Lo que llamo el parentesco. El parentesco lo constituyen literalmente sus parientes más cercanos. El círculo más íntimo de parientes. Ese es el tipo de actitud que deberíamos tener según la Biblia. Este grado de parentesco es amar a los creyentes como si fueran de la familia filial, tratar y amar a los creyentes como si fueran nuestros parientes.Estamos completamente dedicados a ellos.

La Biblia dice en Hechos 2:42: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”- Haciendo una paráfrasis diría así: “Que se comprometían con la enseñanza de los apóstoles, la vida en comunidad, las comidas comunitarias y las oraciones”.

Dios no dice que somos “cómo” una familia: somos una familia. “Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente”. (Romanos 12:10). En la Biblia la palabra griega para comunión es «koinonia». La raíz literalmente significa estar comprometidos unos con otros, tanto como lo estamos con Jesucristo; ese es el nivel culminante del compañerismo. Es alcanzar el nivel donde estemos dispuestos a sacrificarnos por el otro. Porque muchos conocen Juan 3:16: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio…”, pero ignoran 1 Juan 3:16: “En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos”.

¿Cómo lo hacemos, entonces? ¿Cómo podemos alcanzar este nivel en Westland? Una manera es apoyar a los demás creyentes cuando atraviesan por una crisis. Cuando todos los demás se retiran, tú apareces y los acompañas en momentos difíciles.  No los destruyes, no los abandonas. Es triste que en el rebaño de Dios las heridas más grandes generalmente provengan de las otras ovejas, y no de los lobos. Pablo advirtió de los cristianos caníbales que se devoran unos a otros y destruyen la comunión. “Si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros” Gálatas 5:15. Nosotros en Westland rechazamos eso porque romper el compañerismo es pecado. Nosotros en la iglesia Westland queremos que se nos conozca no por el tamaño, ni los sermones, ni la música, ni la estrategia, ni los edificios, sino por nuestro amor. Queremos que la gente diga: «En ese lugar la gente se ama entre sí». Nos queremos caracterizar por el amor.

¿Cómo puedes saber si formas parte de la familia de Dios? ¿Cómo puedes saberlo personalmente?

“En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia y que no ama a su hermano, no es de Dios”.(1 Juan 3:10)- “El que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto”. (1 Juan 4:20)- “Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida en que amamos a nuestros hermanos, el que no ama a su hermano permanece en muerte”. (1 Juan 3:14)

Y algunas veces el compañerismo se rompe por los chismes, por los rumores y resentimientos; estos son los enemigos del compañerismo. En la página 165 del libro que estamos estudiando en los grupos pequeños dice una verdad que yo comparto plenamente: Chismear es divulgar una información cuando uno no es parte del problema ni de la solución. Sabemos que chismear está mal, pero escuchar también está mal, si quieres proteger a tu iglesia no formes parte de chismes ni los oigas. Escuchar los chismes es como aceptar algo robado, y te convierte también culpable del delito. En Judas 19 leemos:“…estos son los que causan divisiones”  El privilegio más alto que puedes tener en la vida es el de formar parte de la familia de Dios. La familia de Dios es el laboratorio donde se aprende a amar. Dios espera que cumplas tu parte en Su familia.

Westland - 2/19/17

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