“Más vale un puño lleno de descanso, que ambos puños llenos de trabajo y aflicción de espíritu” – Eclesiastés 4.6. Si tratas de evaluar tu vida no olvides que la báscula de Dios es completamente distinta a la tuya. Tu vida es el inicio para el siguiente paso. Cuando aceptes tu vida tal y como es, deja a un lado la lucha por lo que podía ser.